Un momento me tiene apresado

se han ido lejos aquellas alegrías

me voy con el viento

me voy como una hoja muerta

Entre una muchedumbre marcha ciego un amor

viene la pasión, entonces…

el árbol tiembla

un pájaro gime

mi corazón olvida

se embriaga de una dicha que no sabe

Deja en mí tu rostro

ofrenda calida

sobre un cuerpo triste

lleno de palabras fuertes

Ver lo que me es querido

es vivir en el incendio

Esta aquí
para reunirse 
con la alegría

La esperanza aun tiembla

aun nos queda el orgullo

¿y no saber porque

estamos aquí?

En el fondo de mi, se mueve

junto las manos

y siento una voz

terrible de amor

Sentarme solo en la oscuridad

mirar las cosas

aquello que existe

cuando ya no estamos

aquí

Ay nostalgia
niña de piedra
¿eres tú?

yo quiero
armar mi corazón

Entre todas las noches

hay una noche, aquí para mí

Los besos duermen, lo sé

y vamos a extraños amaneceres

Algo aun nos reconoce

será el otoño quien hable

misteriosamente de nosotros

Deshacer lo que sabemos

en eso consistirá la dicha

Sin tener que decirlo

vengo aquí a llamar

se revelara

hablara

Mi mirada se desnuda

ve al que ya no esta

Entonces vienen

pequeños trozos

de rimas

Dice que viene…

Yo persisto desalojado

en un fragmento vacío

No sabemos

separarnos

de la felicidad

Y yo sigo soñando

con el ausente

Agonizo

muero mi muerte

lleno de heridas

sopla el infinito

más adentro

No sé…

Si me olvidas

duermo en un beso,

un beso que sube

a mis ojos

bien despiertos

Derramo sus deseos

en mis años breves

era el presente

soy el pasado

La belleza de una flor

roba el secreto del tiempo

Yo tiemblo

Yo guardo el olor de tus besos

así tengo momentos

bien extraños

Sin preguntar respuestas

te escondes en mi cuerpo

iluminas esa oscuridad que tengo…

Ahora puedo armar

la eternidad

en tu laberinto

En medio del derrumbe

hare hablar al polvo

Alguien quiere

las promesas

de un cuerpo,

enciende luz

pero ve sombras

Mi sombra abraza

un ángel dormido

y un olor del pasado

viene a buscarme

Tu voz se siente en las paredes

voy a un rincón oscuro

y ya nada

es nada.

Abrazo

mi sombra

y ya no sé

como entrar

a un cuerpo

En esta triste

habitación

No sé…

Lo espere hasta morir.

Ya nadie vive aquí…

un perfume marchito

eterniza, eternamente

cosas de amor.