viernes, febrero 15, 2008


La tristeza

del cuerpo

de mi cuerpo

es poesía

y duerme

y sueña sus sueños

He quitado mis manos

del humo de tus huesos

y las sombras nadan

perdidas en la noche

sin encontrar

sus objetos

Nada me salva de tus palabras

pegadas a mis manos

y

Eso que no se lo que es

y sos vos.

estoy en esa orilla impalpable

y allí no podré quedarme mucho tiempo

me escribo

la muerte

soñada

martes, febrero 12, 2008


Ese

cuerpo

mudo

frió

dormido

desarma

el

día

Escribo

el silencio

de mi cuerpo

para nombrar

que has muerto

Mi silencio

es mi nombre

que suena

en los huesos

de un muerto



Inmóvil

Allí en ese movimiento

de tus pensamientos

sobre mí

Una cosa extraña

me divide

mirándote


Nacen dormidos

los sueños en tus labios

y tu cuerpo desnudo

descansa en un momento

eterno

Arriba ha quedado

el frió de la noche

abajo el calor

abandona el día

para siempre

y ningún lugar

encerrara tu voz

para siempre

Tengo

despierta la noche

para no traicionarme

y después

un esclavo

escucha las palabras

de un amo

que digo

domingo, febrero 10, 2008

En el océano

de un beso

mis pies

se ahogan

y mueren


Las cajas guardan infinitos libros,

los libros guardan infinitas frases,

las frases guardan infinitas emociones,

las emociones guardan infinitas imágenes,

las imágenes guardan el tiempo.

Ahora estas tan cerca…

Ven,…

Nada alcanzara después para cubrirte.

Crece el silencio,

las caricias no lo destruyen.

Infancia, llena de secretos despiertos

en tus ojos dormidos sobre los míos


A Victor Aparicio

Mi nombre se escribe

con el peso de una roca

todo el tiempo

mendigando

el sabor

de las hojas blancas

dormidas

sobre la mesa

martes, febrero 05, 2008

En el caso de la mayoria de los seres, los contactos mas ligeros y superficiales bastan para contentar nuestro deseo y aun para hartarlo. Si insisten, multiplicandose en torno de una criatura unica hasta envolverla por entero; si cada parcela de un cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro; si un solo ser, en vez de inspirarnos irritacion, placer o hastio, nos hostiga como una musica y nos atormenta como un problema; si pasa de la periferia de nuestro universo a su centro, llegando a sernos mas indispensable que nuestro ser, entonces tiene lugar el asombroso prodigio en el que veo, mas que un simple juego de la carne, una invasion de la carne por el espiritu.
Animula Vagula Blandula
Memorias de Adriano
Marguerite Yourcenar