martes, febrero 05, 2008

En el caso de la mayoria de los seres, los contactos mas ligeros y superficiales bastan para contentar nuestro deseo y aun para hartarlo. Si insisten, multiplicandose en torno de una criatura unica hasta envolverla por entero; si cada parcela de un cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro; si un solo ser, en vez de inspirarnos irritacion, placer o hastio, nos hostiga como una musica y nos atormenta como un problema; si pasa de la periferia de nuestro universo a su centro, llegando a sernos mas indispensable que nuestro ser, entonces tiene lugar el asombroso prodigio en el que veo, mas que un simple juego de la carne, una invasion de la carne por el espiritu.
Animula Vagula Blandula
Memorias de Adriano
Marguerite Yourcenar

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